Los dioses griegos representaban las diversas fuerzas y los poderes del mundo que resultaban incontrolables para los seres humanos. Cada una de estas fuerzas se individualizó en un dios. Los grandes poetas épicos organizaron el panteón divino y dieron una imagen, un nombre y unos poderes propios a cada una de las divinidades.
Los principales dioses griegos residían en el monte Olimpo. Estaban organizados como una gran familia presidida por Zeus, padre de los dioses. Los dominios primordiales: el cielo, el mar y el mundo subterráneo correspondían a Zeus, Poseidón y Hades respectivamente. Otros dioses, casi todos hijos de Zeus, tenían sus poderes más limitados. De ellos el más importante era Apolo, que representaba prudencia.
Las diosas ocupaban también un papel importante en el Olimpo. La más importante era Atenea que representaba la inteligencia y las virtudes guerreras. Afrodita encarnaba el poder de la sexualidad y Hera el hogar y el matrimonio.
Por otro lado, la Tierra en toda su extensión estaba poblada por diferentes divinidades que, en forma de ninfas o demonios merodeaban por sus rincones al acecho de quienes se adentraban en sus dominios. La religión griega era, pues, politeísta ya que rendía culto a varios dioses.
Libro de cultura clásica, SM
Un saludo
Ashley's
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